18/4/09


Me tomé un respiro antes de salir y decidí publicar este texto.
Disfrutadlo si podéis, y sino os j... jugáis una colchoneta hinchable en una timba de póquer con vuestra sombra que os sigue y os acompaña en la niebla del bosque de la vida donde viven los enanitos y duendes verdes en la cueva del olvido en la cual se encuentra el manuscrito de los tejados, las paredes y los suelos de los pilares de las bases que sostienen el infinito.

Que, ¿os he distraído un rato?


A vegades penso que la gent em pren com una espècie de consellera, més com una via d'escapament que no com a una persona a qui explicar dubtes de caire existencial, i això que crec que això últim se'm dóna bastant millor, però no, no ho solen preferir així.
No em considero una persona que sàpiga escoltar especialment bé, ni tampoc amb facilitat per donar consells sobre la vida, així que mai m'ho he acabat d'explicar amb claredat. Deu ser la peculiaritat del meu rostre? O bé una excusa barata per anar-se'n al llit amb mi?
Quan els meus, diguem-lis, pacients - generalment homes - em truquen, sempre els acostumo a invitar a casa. Després de mitja hora de xerrada se'm llencen a sobre sense escrúpol algun, i jo per no fer el lleig i portar la teràpia a terme amb èxit no els rebutjo en cap moment. Segur que forma part del procés, oi?
Mai he demanat res a canvi, només intento ajudar els meus amics, però quan se'n van, després d'una intensa sessió terapèutica, sempre em trobo amb un feix de bitllets a la tauleta de nit.
Encara em fa prou vergonya preguntar-lis perquè vull jo els diners, si només els intentava animar amb la meva generosa amistat, però ben pensat de pas aprofito per pagar les lletres del pis i, perquè no, permetre'm algun que altre capritx.


A veces pienso que la gente me toma como una especie de consejera, más como una vía de escape que no como una persona a quien explicar dudas de tipo existencial, y eso que creo que esto último se me da bastante mejor, pero no, no lo suelen preferir así.
No me considero una persona que sepa escuchar especialmente bien, ni tampoco con facilidad para dar consejos sobre la vida, así que nunca me lo he acabado de explicar con claridad. ¿Debe ser la peculiaridad de mi rostro? ¿O bien una excusa barata para irse a la cama conmigo?
Cuando mis, llamémosle, pacientes - generalmente hombres - me llaman, siempre acostumbro a invitarles a casa. Después de media hora de charla se me echan encima sin escrúpulo alguno, y yo para no hacer el feo y llevar la terapia a cabo con éxito no les rechazo en ningún momento. Seguro que forma parte del proceso, ¿no?
Nunca he pedido nada a cambio, sólo intento ayudar a mis amigos, pero cuando se van, después de una intensa sesión terapéutica, siempre me encuentro con un fajo de billetes en la mesita de noche.
Aún me da bastante vergüenza preguntarles para qué quiero yo el dinero si sólo les intentaba animar con mi generosa amistad, pero bien pensado de paso aprovecho para pagar las letras del piso y, porqué no, permitirme algún que otro capricho.

3 comentarios:

  1. Esta nueva praxis de métodos curativos es cuanto menos innovadora aunque no creo que tenga su aceptación en la comunidad médica.Desde el Ministerio de Sanidad recomendamos contención y asueto.

    Me vuelvo a mi timba de poker, los enanos verdes créen que pueden recuperar su "casa-árbol" con una buena mano.Nadie les ha avisado que el buen jugador también disfuta perdiendo.

    Oscar.

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  2. Así que eso es lo que hice mal? no dejar el dinero? Me caguen en....
    yo creia ke me entreba por seguridad social!

    necesito mi dosis doctora...de verdad, no es por ke kiera ponerle escusas...

    HI ha un moment en el que em paro i em miro en tu. Ets un mirall, soc un mirall. Que succeix quan dos reflexes es miren als ulls del altre?
    k.

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  3. y ya no me miras en esta confusion de alambres y camas destartaladas de la infancia donde la fiebre mordia los labios y la teta blanca de la mujer despeinada llevaba de la mano a los paraisos de onan y ya no me hablas en este desastre de la soledad donde me pierdo en mi vacio como una estrella de plata enmedio de la inmensidad y ya nunca volveras a este lado donde juegan las muñecas y el perro hace pucheros en el patio donde teje la abuela el desatino del destino que nunca nos tocara y los planetas seguiran su rumbo olvidando nuestros nombres entre tanta chatarra que vuela alta en el espacio exterior

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