23/6/09


Doncs jo era feliç en terres franceses, entre cerveses i bona companyia, però enyorava tot el que tenia i tinc aquí.

I entre egocentrisme surt quelcom semblant a això.

Hi ha cantants ofereixen música a canvi de pagar entrada. Avui aquesta dona solitària canta en aquest tren, però ningú gosa oferir-li res.
I es que sembla que el prestigi sigui tot, la popularitat i el reconeixement extern, i tot el demés queda en el més trist oblit.
Com trobar forces per ser més si aquest més només és un subordinat, un accessori, un complement...?
Per intentar consolar-me sempre recorro a la resta del món animal, buscant paral·lelismes que justifiquin tals actes i comportaments. I així faig l'existència més senzilla i conformista, doncs qui em podrà dir que això està malament?

Per mi estarà bé, si jo vull, si així ho vull...


Espera'm al meu costat.

3 comentarios:

  1. 1º parte
    Sólo los escritos honestos son comparables con los escritos formalmente lógicos. Los primeros nos dan una información críptica sobre el autor y su pensamiento, aunque en apariencia parecen la yustaposición de ideas inconexas, sabes que hay un substrato racional que si no abandonas la lectura de forma prematura se puede obtener mucha información, eso sí, menospreciando la objetividad. El problema de los escritos honestos es que el lector debe tener fe en que merece la pensa dedicarle el tiempo que merece, y para ello lo primero es intuir que el autor va a ser honesto, al menos lo suficiente para dejar que fluyan sus comeduras de tarro, sin ponerles demasiadas cortapisas. Este es el caso de Irene.
    Veo perfectamente la escena de la persona que canta o toca en medio de un vagón de tren, rodeado de miradas esquivas, rostros apartados, y medios gestos de meterse la mano al bolsillo, y la gorra o caja del aparato abierta en el suelo esperando la compensación por la música que se ofrece. Es un lugar común para los habitantes de occidente, en el tren, en el metro, en algún parque, o en las puertas de las iglesias.
    Más de una vez algún artista reconicido ha hecho la prueba de exponer sus canciones de incognito en las calles con desigual fortuna: Amaral. Rosana, Álvarez y otros. El problema que plantea mi querida redactora es bastante polihédrico, y las distintas caras nos escupen en la nuestra en forma de preguntas que se acumulan sin dejar de atosigar ni conformar respuestas, así que al menos intentemos dar forma a las mismas, en lo que podríamos llamar el razonoamiento del "¡papa! ¿por qué pregunto por qué?" o "razonamiento interrogativo": ¿Es caridad pedir dinero tocando en la calle? ¿la diferencia está en pasar la gorra, pues se pide directamente, o colocarla en el suelo, con lo que es voluntario? ¿la calidad de la música se mide por lo que paga por ella? ¿un consumidor de música debe pagar ésta si es buena aunque no sea reconocida? ¿somos todos seres tan superficiales que no apreciamos lo que queremos?, cuando alguien da unas monedas al trovador ¿es por que le gusta la música o por qué marca postura social?, ¿es lucrativo o de supervivencia esta actividad del músico gorra?, es mejor que robar ¿mejor en que moral?, ¿es una acto de transacción, te doy algo a cambio para que tu me lo des a mi?, y si lo que doy es pena, ¿cual es el valor de la música? ¿cual es el valor de una actuación? ¿pago por oir canciones en youtube? ¿la SGAE se lleva su parte de las actuaciones al aire libre de los músicos del asfalto?.
    Recuerdo una vez, en una tasca de las cuevas de Luis Candelas, cerca de la Plaza Mayor de Madrid, le pagamos a un acordeonista para que dejara de tocar y nos dejara hablar entre nosotros.
    Continúa

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  2. 2º parte
    Volviendo al tema, creo que los anzuelos lanzados me han dado al menos un camino sobre el que preguntar: ¿Qué diferencia hay entre el precio y el valor de una actuación? y ¿el valor se traduce en aprecio?:
    "El músico ambulante piensa: ofrezco mi música y si le gusta a usted me da lo que crea conveniente."
    ¿Pero en concepto de qué se le puede dar dinero?
    Los que lo escuchan podrían verbalizar sus pensamientos de estas formas:
    "Ella me ofrece su música y como me gusta, le abono lo mismo que me costaría una entrada en un espectáculo que me produjo igual satisfacción"
    "Ella me ofrece su música y como me gusta, le doy lo que me sobra del café, además me hace un roto en el pantalón"
    "Me gusta verla y oirla tocar, y como quiero que vuelva, le doy una cantidad de dinero que le haga satisfactorio venir por aquí"
    "Ella me ofrece su música, y como todo trabajo debe ser remunerado le doy alguna moneda que me sobra en este momento"
    "Ella me mira, y me pide por piedad que le de algo y si no lo hago me va a mirar mal, asi que , a ver si tengo alguna moneda de centimo que suene al caer"
    "Cuanto es lo normal en estos casos, 1 euro...mo se, vere que hacen los demas"
    "Ella no me ha pedido permiso para tocar, así que no tengo por que darle nada"
    "Si quiero oir música ya eligire el sitio y el artísta, no me gustan que me lo impongan"
    "Que mal toca, y este no es sitio"
    "Me incomoda su presencia, pues ésta otra chica de aquí al lado, nos mira como si fueramos, no se que animal"
    "Yo no fomento la mendicidad"
    "Ahhh, ¿es que habia alguien tocando?"
    "Voy a denuciar al tren por permitir este escándalo, no me deja hablar con mis compañeros de viaje"
    "Que ojos, que pelo, seguro que se ha enamorado de mi"
    "estos jóvenes no se dan cuenta en el mundo en que vivimos"
    Agradezco a los viajeros del vagón sus aportaciones, a raiz de las mismas analizó:
    Desde el punto de vista del precio, es un acto económico, hay un ofrecimiento, donde la propaganda es el servicio y quién lo hace acomete el riesgo de que una vez prestado el cliente no lo acepte como tal, y por tanto ajuste mal el precio, o simplemente rechace el producto.
    Desde el punto de vista del valor, llegaremos al acuerdo de que es un hecho subjetivo, que sólo podemos objetivar si lo traducimos en precio.
    Pero ¿por qué no le damos valor? por qué no tiene reconocimiento o por qué no tiene precio. Y en este punto vemos la punta del iceberg del problema.
    Juan persiguió a su vecina María Luisa, que huidiza le esquivaba. EL salía antes de clase, se hacía expulsar para ver su cabello negro al viento, sus ojos verdaderos, su sonrisa y sus gestos, ella compensaba con un roce de una mano, con un quizás, con una felicidades y un beso en los cumpleaños. Juan quedó rendidamente enamorado, casi depresivo; empezó a adelgarzar y se pasaba el día suspirando, por su María Luisa la única mujer del mundo que podría hacerle feliz. Un día llego Luisa María, la hermana gemela de María Luisa que jugaba con ásta a hacerse pasar, tardó tres minutos en aparecer en el cuarto de Juan y cinco en desnudarse y meterse en su cama, en ese momento Juan se dio cuenta que en clase también estaba Sofia.
    El espíritu humano es aventurero, incoformista, no valora el destino sino el camino que hay que hacer para recorrerlo, la dificultad, así pues lo que ya se tiene carece de aprecio, pues ya me satisfizo, sólo valoramos apreciasmo lo que nos cuesta (y no me refiero sólo al dinero).
    Por lo tanto un consejo para los cantantes de metro, pedir un anticipo para cantar y sino es suficiente, devolver el dinero y no cantéis.

    Feliz San Juan a todos

    Nube

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  3. El mateix vol, diferents direccions.
    El mateix so, diferents reaccions.
    La mateixa carícia, diferents motivacions.
    Diferents cors, el mateix batec.
    Diferents llavis, la mateixa alegria.
    Diferent ulls, la mateixa complicitat.

    Un sentiment que compartim, sentit clar i profund,
    però jo el visc intensament en tu,
    tu el vius lluny de mi.

    El mateix temps, diferents moments.

    Un bes tot ho canvia
    encès el foc d’una llum inigualable,
    l’aleteig suau d’una papallona,
    exploten mil estrelles en un mon roig,
    la soledat es fa mon,
    el mateix mon, diferents realitats,
    la mateixa necessitat de diferents felicitats.

    Jo t’estimo i tu a mi no.

    Però tot i això per aquell somni comú,
    vagaré esperant perdre de vista
    la llàgrima, extasiada, de l’esperança
    riu avall fins al mar arenós
    on et vaig trobar.
    El mateix ball, diferents cançons.

    (Tant debò et tornés a espiar
    sospirant el meu nom.)

    k.

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